Cuando el sexo ya no es lo mas importante

Tras el nacimiento de nuestra segunda hija todo fue diferente de la primera. El cambio de 0 hijos a 1 hijo es muy diferente que de 1 a 2.

Cuando se pasa de 0 a 1 se pasa de tener unas prioridades a otras totalmente diferentes e incompatibles entre si prácticamente de un día para otro.

Tus prioridades previas son:

• Ocuparte de ti mismo (divertirte, leer, ver pelis, salir con amigos…)
• Estar con tu pareja (sexo, cenas, conversación…)

Tus prioridades después:

• Ocuparte de tu pequeño.

Esto es así si eres la parte femenina de la pareja. Si eres la parte masculina el cambio no se tiene tan claro desde el principio. El hombre suele seguir teniendo sus prioridades previas pero para la madre han cambiado desde el día que dio a luz a su hijo. Aquí empiezan los problemas. El hombre quiere seguir ocupándose de sí mismo y estar con su pareja cuando su mujer lo único en lo que ahora puede pensar es en estar con su pequeño.

Si el marido no se da cuenta de que su vida ha cambiado y de que las prioridades de su mujer son otras habrá tensiones y las más habituales son:

• Celos: porque ahora solo te ocupas del bebe y no de mi
• Reclamos sexuales:

El tema del sexo en el puerperio es algo de lo que se tendría que dar una materia en toda la EGB y el Instituto. No tenemos ni idea y nos afecta a todos de gran manera.

La mujer tiene completamente cubiertas sus necesidades sexuales a través de la lactancia y su bebe. Las hormonas que segrega para producir leche inhiben el instinto sexual para evitar un posible embarazo que pondría en peligro la vida del bebe. Si los hombres comprendieran esto se allanaría muchísimo el camino de la maternidad a muchas mujeres. Nos ahorraríamos los reclamos, las malas caras, los sentimientos de culpabilidad y sobretodo el tener sexo por obligación, sin desearlo ni disfrutarlo.

Pero cuando llega el segundo es diferente. De 1 a 2, al padre ya le ha dado tiempo (si no se han separado) de cambiar también sus prioridades. Ahora se ocupa de muchas cosas además de sí mismo y sabe que estar solo con tu pareja está reservado para momentos donde todas las constelaciones esten alineadas de una forma muy especial.

Conseguir un momento de intimidad para hacer el amor con tu mujer ha pasado a depender de las energías de tu hijo y de su decisión de echarse una siesta y que además coincida con que sea fin de semana para que pille a los dos en casa.

Para nosotras se facilita mucho el camino, ya no tenemos esa presión por la que en cualquier momento cuando tu hijo se dormía y tú solo querías hacerlo también o relajarte un poco simplemente, venia tu marido pidiendo su ración de sexo y atención. Ahora si uno duerme el otro está brincando por los sofás y ahora sí que encontrar un minuto de intimidad es más difícil que acertar la quiniela. Pero ya no tienes reclamos y eso junto con la imposibilidad de hacerlo consigue que incluso tú, con tus hormonas lactanciles a todo trapo, eventualmente tengas ganas de sexo, y cuando se alinean todos los planetas y tus ángeles se duermen un cuarto de hora a la vez, eres tú la que le pides un polvo aunque sea rápido a tu marido y a él se le ilumina la cara porque pensaba que eso nunca más en su vida le iba a volver a pasar.